Hasta la Vista

Hace exactamente una semana y un día fue lanzado el esperado Windows Vista en sus raras versiones, pero gracias a mi curiosidad logré instalarlo hace un par de meses. La primera impresión: Bonito. Después de haber conocido en persona OS X y ver de lo que es capaz el trío Ubuntu + XGL + Beryl, debo decir que no me sorprendió en lo absoluto los “efectos” del nuevo Windows, pero si lo vemos del punto de vista de los usuarios normales de Windows, hay que reconocer que tras años de un Windows fome y aburrido, el hecho de que una ventana se encoja hacia la barra de tareas, o que un vídeo se siga reproduciendo en miniatura cuando lo ves con ALT+TAB, o que las ventanas se vean en perspectiva (con los vídeos visibles) al combinar Win KEY+TAB, o inclusive, ver los bordes con una bonita transparencia son detalles que sorprenderán a muchos y será el principal motivo por el cual la gente caerá optará por Vista.

Pero hay que ser serio en estas cosas y preguntarse ¿realmente vale la pena este cambio?: NO. Las funciones de seguridad de este OS son, por decirlo menos, una mierda desagradables. Imagina un guardia espaldas preguntándote a cada rato si permites o no que alguien te hable, mire o toque… (como lo ironizan en el nuevo comercial de Apple), sería algo molestoso y es exactamente lo que hace Vista. Los métodos de seguridad, si bien cumplen su función (creo), dejan bastante que desear. El desempeño es el mismo que con XP (en mi caso particular), la Side Bar es cero aporte, aunque sirve bastante para ocupar RAM innecesariamente, pero mi más fuerte razón por la que regresaré a XP, si, volveré a mi odiado XP Media Center Edition, es la incapacidad de poder utilizar mi Soud Blaster Live! 24-Bit para la cual sólo existe un driver en versión Beta (para variar) que proporciona funciones básicas a ésta y muchas tarjetas de sonido Creative, siendo el valor agregado de estas tarjetas las funciones adicionales que traen, como el ecualizador gráfico por hardware, efectos EAX en videojuegos, Sorround Mixer, etc.

Windows avanza, pero lento, muuuuuuuuuuuuy leeeeeeeeeeeeeeeeennnto, así que lo mejor será seguir con la costumbre de esperar a que se acumulen unos cientos de parches y/o service packs para regresar a las ventanitas de borde transparente. Mientras tanto, sigo felíz con mi Hackintosh.